Regina José Galindo utiliza la performance de una manera bastante extrema con lo cual provoca reacciones en quienes la ven que estoy segura no dejan impasible a ningún ser humano. Estoy conforme con la descripción que realizó una compañera y que me ha ayudado a poner palabras precisas a lo que me transmite cuando veo las performances (y que me lleva a pensar que verlas en riguroso directo tienen que ser muchísimo mas impactantes y desafiantes): el cuerpo que nos muestra Regina es un cuerpo desobediente, un cuerpo resistente que desafía cualquier imposición y nos recuerda con su presencia su fortaleza. En este sentid, el cuerpo es algo que nos pertenece a todo el mundo, un cuerpo que nos identifica, que nos convierte en presencia y nos realiza en tanto y en cuanto tiene vida, independientemente de cual sea ésta.
En la obra "¿Quién pueden borrar las huellas?” esas huellas ensangrentadas son la prueba fehaciente de que las vidas de las mujeres asesinadas de manera brutal son imborrables, pues permanecerán en todas y cada una de las personas que harán de la ausencia, de la muerte forzada de esas personas cuyas huellas representan, una huella viva, una presencia constante en la ausencia. Ademas, el hecho de situar las huellas en la esfera pública implica una condena y acusación, a las claras, de la permisividad de un gobierno y una sociedad hacia este tipo de hechos, de manera que la impunidad y la falta de medidas oficiales para prevenir, primero, y castigar, después , los feminicidios, se convierten en una huella imborrable que caracterizará y definirá a la sociedad y a la cultura de la que son parte. Las huellas se convierten así en vestigios palpables, como las vasijas ancestrales, como los restos arqueológicos que explican y sitúan en el tiempo la historia de un grupo humano, y pasan a formar parte viva de una historia que se está escribiendo. Quizá, al poner de manifiesto este hecho, Regina José Galindo está también lanzando a su gente, y a todo el mundo, la pregunta: ¿así queremos que nos recuerden? ¿Estas huellas serán las marcas que las generaciones venideras tienen que entender como identitarias de la sociedad en la que están? ¿De la cultura de la que son parte? Se tornan, a la vez, un canto de esperanza para que cambiemos esas huellas por otras y escribamos la historia de otra manera.
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